martes, 20 de diciembre de 2011


El párrafo.

Hoy me sucedió. Dentro de este gran croquis de rostros, reconocí uno. Había olvidado lo que se siente al ver una cara conocida.
Primero ha salido la mueca de sorpresa, los ojos como platos y luego la sonrisa acompañando el gusto del abrazo. Un re-encuentro, un decir hola, la piel que se toca, los ojos que recorren ese marco que encierra a otro ser y decir qué bien que te conozco. En estas latitudes que nos hacen sentir invisibles mantengo un constante monólogo mental y durante mucho tiempo la ciudad se ha convertido en un estado de ánimo soleadamente gris.
Me hablo a mí misma y me conservo en este núcleo aislado que soy ajeno al mundo externo. Hoy por fin le salí adelante al encierro que me bloquea y mis manos hunden las teclas del teclado rápidamente sin pensar tanto y rediseñar, o palabrear. En este párrafo solo pude describir  encontrar un ser vivo…encontrar el muerto o describirlo queda para otro día.

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